“APRENDISEÑANTES” CAPTURADOS.
Alternativas para una fuga.
Gramática de un acontecimiento “pedagógico”.
Creer en el mundo es lo que más nos falta; perdimos el mundo: nos lo quitaron. Creer en el mundo es también suscitar acontecimientos, aunque pequeños, que escapen del control, o entonces hacer nacer nuevos espacio-tiempos, incluso de superficie y volumen reducidos… Es en el nivel de cada tentativa que son juzgadas la capacidad de resistencia o, al contrario, la sumisión a un control.
Gilles Deleuze
Un escenario.
Un aula. Escena cotidiana en la escuela. Quinto grado.
Un tiempo.
Primavera de 2006.
Un encuentro (fallido?)
La docente a cargo de la clase y los alumnos.
Una Institución.
Escuela Pública de Buenos Aires.
Barrio Caballito.
Un histórico-social.
Marginación, violencia social. Contexto de exclusión. Producción de mortificación psico-social. Padecimiento institucional. Abusos de poder. Control y disciplinamiento social.
Unos procesos de Producción de Subjetividad.
Desfondamiento Institucional. Subjetividad a la deriva. Pérdida de referencias psico-socio-institucionales que modelaban la subjetividad “escolar”. Predominio de pasiones tristes. Cuerpos amurallados, dolientes, “empupitrados”. Sensibilidad mutilada. Cuerpos que “vibran” y “sienten”, a partir de la agresión y la violencia. Producción “maquínica” demoledora de expansiones deseantes alegres y autónomas. Chicos sin “niños”. Docente sin “maestra”. Institución sin “flujos vitales”. Producción y reproducción colectiva del miedo psico-social dominante. Desconfianza generalizada. Encerrona de síntomas compartidos que acallan decires y temblores deseantes. Micropolítica estancada en agenciamientos despóticos. Potencias bloqueadas. Identificación con la imposibilidad de imaginar alternativas. Ceguera subjetiva.
Una subjetividad abrumada por violencias y fatigas múltiples. Adocenada. Gobernada y servil al poder. Sin movilidad.
Un relato de la docente.
“Barrio Caballito. Escuela pública. Quinto grado: 10 – 11 años. 23 alumnos: 11 mujeres, 12 varones. Clase media baja y muy baja. (Pocos alumnos del séptimo de esta escuela terminan el secundario).
Muchos conflictos entre los varones. Resolución violenta de los mismos. Insultos permanentes, hirientes y groseros. De los doce varones, tres originan conflictos permanentemente: toman útiles sin preguntar, empujan en la escalera, mojan a los compañeros en el baño, entran y salen a los empujones, hablan en clase contestando por otros, entorpecen los trabajos en grupo, silban, cantan, se caen de la silla, mueven el banco y la silla molestando al compañero de al lado, de atrás o de enfrente. Los demás a veces les tienen miedo, a veces se suman a ese “liderazgo”, a veces reaccionan violentamente contra ellos.
Nunca son violentos con las mujeres. Las mujeres soportan pasivamente la mayoría de los altercados.
Cuando van a natación, en el cambiador hay dos muchachos del club de natación que los miran, pero no hay ningún docente presente. La situación suele descontrolarse.
En conversaciones con dos psicólogas que han concurrido tres veces a conversar con el grupo, nadie es acusado por ser molesto o violento.
La mayoría de los padres justifican a sus hijos. Pero los padres están destruidos: no tienen trabajo, no saben qué hacer, a veces se enfrentan entre ellos.
El clima siempre es tenso.
Muchísima discriminación entre los padres hacia una compañera discapacitada y hacia estos tres chicos, por ejemplo, no los invitan a los cumpleaños.
Todavía, padres y alumnos respetan a la escuela y a la mayoría de los docentes.
En general, luego de una mañana de trabajo, la sensación al final del día es que no la han pasado bien.”
Una captura.
“…no se que hacer ni como manejarme, estoy aturdida; agotada…”
Burn out (¿?). La captura, parece ser “maquínica”, conectiva. Están atrapados tanto los alumnos como la docente. El “entre” está contaminado. Más allá de los múltiples y polisémicos atravesamientos socio-institucionales.
Unos conceptos a desplegar.
Aprendiseñante.
Concepto vincular o maquínico (vinculado a la conexión).
Entendemos que en el proceso pedagógico, la producción de inteligencia, y de subjetividad, ocurre “entre” alumnos y pedagogos. No es patrimonio de lo que “enseñan” los docentes y / o lo que “aprenden” los alumnos. Precisamente la concepción pedagógica tradicional suele ser binaria y unidireccional. El docente que “entrega” su saber y exige respuesta de los alumnos por un lado; y por otro la “recepción pasiva”, la exigencia y la “respuesta violenta ”por parte de los aprendientes, que no sienten “propio” y apasionado dicho proceso. Intentamos aproximarnos a la superación procesual del concepto pedagógico clásico. Por tanto; apuntamos a evaluar “procesos” y “conexiones”, producciones más que “faltas”, en el escenario áulico; creaciones singulares y colectivas más que “rendimientos y repeticiones”.
Por ende, si el “Aprendiseñante”, alude a una construcción grupal, lúdica, compartida; también la imposibilidad de circulación de flujos y representaciones en ese ámbito también es vincular y compartida. La CAPTURA será entonces maquínica.
Cartografía de la subjetividad.
Proceso por el cual participamos /acompañamos en el dibujo de los paisajes y las construcciones deseantes en el ámbito psico-social, a través de todos aquellos recursos y dispositivos que habiliten la expansión y autonomía de subjetividades singulares y colectivas.
Trípode esquizoanalítico.
Articulación de las máquinas analíticas (universo de los conceptos, las representaciones, las teorías y epistemes); estético-artísticas (universos pre-verbales, flujos afectivos, intensidades, partículas incapturables en movimiento; deseo humano en estado puro) y político-revolucionarias (universos de las micropolíticas descristalizadoras de las líneas duras promovidas por los aparatos del poder; micro y macrofascistas) La producción deseante como apertura a la multiplicidad y su potencia disruptiva y revolucionaria.
Planos de organización, de consistencia, de inmanencia y de composición. El “Cuerpo sin órganos”.
Líneas, planos, puntos y trazos que componen la subjetividad.
De las más duras a las más flexibles.
La inmanencia como inherente al proceso de producción. El deseo y la subjetividad se instituyen-constituyen en situación. Es decir, en la operatoria subjetiva singular y colectiva; como una fábrica en actividad permanente, con etapas de “reposo” del deseo en los “objetos” o representaciones. (Aspectos visibles de los objetos de deseo). En este caso, los “aprendiseñantes”, se van constituyendo y autoproduciendo en el proceso de experimentación/construcción al que estamos haciendo referencia. Desde una captura a la expansión, como luego veremos.
. Las “n” o infinitas conexiones de las que es “capaz un cuerpo”. El “cuerpo sin órganos”; como desterritorialización frente a las capturas y trampas que le tendemos habitualmente al deseo, reterritorializando hacia agenciamientos “rígidos”.. Las “n” o infinitas conexiones de las que es “capaz un cuerpo”. Entendemos “cuerpo”, no solamente como “cuerpo orgánico o físico”; sino las diversas tramas y líneas que componen las vidas humanas, en sus condiciones particulares de producción.
El Plano de composición que integra a los anteriores planos y líneas yuxtaponiéndose y generando combinatorias, que incluyen además de las representaciones, fundamentalmente al “ser de la sensación”, imágenes, temporalidades e intensidades (cuerpo sintiente-eje estético).
Dispositivos colectivos de Enunciación
Aludimos a espacios-tiempos-escenarios que propicien la percepción-expresión de MÚLTIPLES (de allí “colectivos”) trazos, flujos e intensidades. En este caso, abordaremos la captura de la docente mediante mecanismos de intervención, covisión [1] , multiplicación dramática, y construcción colectiva de herramientas. Propendemos así a una “enunciación-expresión, singular y colectiva que trame nuevas miradas sobre la conflictiva situación inicial.
Devenir acontecimental
Entendemos que tiene lugar un ACONTECIMIENTO en un Proceso de producción de Subjetividad singular y/o colectiva; a la producción de un desvío en las operatorias subjetivas previas (des-territorialización) El “evento” deviene “acontecimiento”, y tiemblan los cimientos y los perfiles de identidad, en esta ocasión de aprendientes y enseñantes.
Ya no habrá retorno “pleno” al estadio anterior; salvo graves recapturas, y nueva territorialización. Un territorio es un espacio habitado por afectos. En el “devenir acontecimental”; hay movilidad de aquello que estaba fijo o cristalizado. Emergen nuevos sentidos, y miradas. Otros (dis)posicionamientos ante el conflicto.
La CAPTURA implica un bloque-o de intensidades.
En nuestra próxima clase; retomaremos la situación del atrapamiento de aprendiseñantes. Lo haremos a la luz de un “ejercicio de experimentación molecular grupal” (el esquizodrama, la covisión institucional y la multiplicación dramática), devenido “accidente” (fragmento o fractal intensivo que irrumpe en la línea narrativa molar de la problemática en cuestión). Acontecimiento en la singularidad de la docente y movilidad en las operatorias subjetivas frente y con los alumnos. Eventual “línea de fuga”, frente a la encerrona y la mortificación. Lo molar y lo molecular, imbricados y yuxtapuestos permanentemente. Trataremos de articular asimismo, los conceptos enunciados, una vez atravesados por la experiencia concreta de la docente de marras en la covisión grupal, y una vez regresada al aula tras el “experimento”.