“APRENDISEÑANTES” CAPTURADOS.
Alternativas para una fuga.
Gramática de un acontecimiento “pedagógico”
Continuación.
La puesta en juego.
“No son los elementos ni los conjuntos los que definen la multiplicidad. Lo que la define es el Y, el Y como algo que ocurre entre los elementos o entre los conjuntos. Y, Y, Y. Y aunque sólo haya dos términos, hay un Y entre los dos, que no es ni uno ni otro, ni uno que deviene el otro, sino que constituye precisamente la multiplicidad.”
“… línea de fuga que pasa entre los dos términos o los dos conjuntos, estrecho arroyo que no pertenece ni a lo uno ni a lo otro…”
Claire Parnet-Gilles Deleuze
Abrimos paso luego al proceso de socialización del conflicto en el marco de un grupo de aprendizaje y entrenamiento esquizodramático, de composición diversa y heterogénea. La docente plantea en este ámbito su conflicto (ver relato en la clase anterior); y la problemática es tomada por el grupo, conducido por quien suscribe en la coordinación del mismo.
Es interesante observar que ponemos el acento en la dimensión experimental-lúdica y molecular de la práctica. Es decir que tratamos de evitar en una primera instancia, todo tipo de mirada “judicativa” o interpretativa. Simplemente, hay un relato original, la recepción del conflicto que captura a la docente, el descentramiento por parte de la protagonista “tomada” por la encerrona (primer corrimiento del “centramiento monocular del problema”, ya que la docente capturada entrega su material a alguien del grupo que la representa en la escena original o mostrativa); y la “puesta en juego”.
Se inicia así el experimento grupal de la covisión [1] esquizodramática. Denominamos “co-visión” a un ejercicio de producción de miradas múltiples, entre varios, de carácter esencialmente maquínico (por conexiones infinitas), y donde se difuminan o diluyen las jerarquías cristalizadas, de rostridades despóticas. Aludimos como diría Guattari, a una práctica de la “horizontalidad”, a un “grupo sujeto” en acción. El proceso de producción, desfigura la imposición de jerarquías autoritarias abriendo paso, sí a las asimetrías, pero en un marco de producción colectiva entusiasta y alegre.
Se trata de una “instalación grupal multicéntrica”, con fuerte componente de flujos e intensidades circulantes, muchas veces sin sentido aparente. Ejercicio que puede generar ansiedades persecutorias y temores en personas que recién comienzan a entrenarse en estas lides. El eje ESTÉTICO-SENSIBLE-POÉTICO cobra especial relevancia. El grupo “se apropia” de la escena, se monta la escena mostrativa, de la docente en el aula, con el clima violento que ella planteaba en el relato inicial, y se toman algunos recortes para dar paso a la multiplicación dramática e intervenciones “esquizo-dramáticas”. El termino esquizodrama, lo planteamos como un “devenir” de las concepciones e intervenciones psicodramáticas clásicas. Esquizo significa “fragmento o fractal”, es decir micro partículas, o microgestos, ritmos, velocidades, flujos, semióticas múltiples, una mirada, un parpadeo, un movimiento corporal, etc (que no son parte de UN TODO QUE SE ROMPIÓ, sino que aparecen “en situación como PRODUCTOS DE LA CREACIÓN DRAMÁTICA SINGULAR Y GRUPAL); que pueden abrirnos a mundos infinitos perceptivo-expresivos y resonantes. Se inauguran pliegues y despliegues de la captura inicial. Nuevos devenires y recorridos. El grupo, incluida la protagonista consuena y resuena en infinitas versiones, microescenas, y narraciones novedosas, otras repetitivas; desplegándose en infinitos sentidos durante el juego de la multiplicación dramática (MD). La MD, configura así, un laboratorio de juego-invención-experimentación, donde la escena original, se deforma, se corrige, se trastoca, muta, se metaforiza, se resignifica de diversos modos. Ya no es la “escena original de captura”. Ya “devino” nueva narrativa. El humor, en este marco, adquiere preponderancia. Ante tanto dolor, y la parálisis que el mismo provoca, el humor “a-jeniza ( lo contrario de “en-ajenar”), y opera “en superficie”. Por contagio y conexión. El laboratorio no va a las profundidades de las esencias, ni a los cielos de las trascendencias”, sino que obra por CONEXIÓN, CONTAGIO, CONTIGÜIDAD, ASOMBROS, AGENCIAMIENTO E IMPLICACIÓN SINGULAR Y COLECTIVA. La protagonista de la escena de captura inicial, es atravesada por infinitas partículas y flujos afectivos, que operan molecularmente en su cuerpo, hay movilidad y líneas de subjetivación en marcha. El deseo se motoriza en la inmanencia de la producción. Es decir, ocurre y se produce en el “entre” grupal esquizodramático. Las líneas, puntos y planos…atraviesan cuerpos y sentidos. El proceso de producción de subjetividad es “rizomático” (raíces de raíces que nos enfrentan al acontecimiento y que nos atrapan sólo para volver a soltarnos y así abrirnos a nuevos devenires); y esencialmente, molecular, en un primer momento; antes de adquirir sentidos para la “docente capturada”. Se va constituyendo situacionalmente otro modo de ser-hacer “aprendiseñante”, con otros oxígenos, movilidades, flexibilidades y autonomías. Este estado de deseo, esta máquina que generamos se acopla con tantas otras máquinas deseantes que a su vez nos conectan con nuestra capacidad imaginativa, con la actividad lúdica, con el lenguaje corporal y con el proceso creador.
Esta producción se genera por los encuentros y desencuentros con un nuevo lenguaje que nos afecta, en el proceso creador grupal; el del esquizodrama y la Covisión.
En este espacio dramático produjimos nuevos estados que nos encontraron hablando solas, pintando el aire, viajando, caminado por una calle., habitando aulas de múltiples modos.
Fuimos fuego, máquinas, aire, esculturas, agua, madres, niñas, tierra, animales. Alumnos, docentes, aprendiseñantes “puestos en juego”. Muchos modos de ser-hacer maestras, alumnos, instituciones, histórico-sociales, opresores y oprimidos, pirámides, trenes, etc…etc.
Sentimos miedo, tristeza, vergüenza, enojo, alegría, dolor, cansancio, euforia, violencia, entusiasmo.
Algo se mueve; algo “se está produciendo” diferente; al estancamiento-captura; planteado originalmente. Se descristalizan cuerpos amurallados y empupitrados por la lógica del poder, que macro y micropolíticamente impone afectos tristes en los ámbitos institucionales.
La máquina de “desbloqueo de intensidades” está produciendo, cual fábrica que no se detiene. El deseo siempre busca nuevas conexiones (Deleuze). Se descodifican, las sobrecodificaciones impuestas por el modelo de poder hegemónico.
Otro estado de ánimo nos invade.
Nos animamos a jugar siendo acontecimiento, sin a priori, historias sin historias, desorden en el orden jugando por los bordes insondables de nuestros propios sujetos desfondados con manos deseantes de contacto con otros sujetos también sin fondo.
“El cuerpo es régimen de afectación, régimen de conexiones”, dicen Keselmann y Pavlovsky.
Como cuando nos robamos las historias, se las dimos a otro, el otro nos dio la suya y nos agenciamos de esos otros y otras ya sin caras ni estructuras, fugándose por líneas inasibles, rompiendo contornos identitarios y temporalidades, jugando con nuevos acontecimientos devenires y nuevos espacios-tiempos, conectándonos con miles de órdenes posibles.
No sabíamos como podíamos ser afectados hasta que nos dejamos afectar y así pudimos ver jugadores en las fichas, pelotas como pinceles, la humedad del mar en lo seco del piso, ventanas en lo tapiado, manos como teléfonos, almohadones y colchonetas, sillas como parte de la pirámide del poder institucional, etcetc, creando espacios irreales, voces de otros tiempo, aulas con
POTENCIAS VITALES EN EXPANSIÓN.
Algunas de estas microescenas y partículas afectivas, intensivas, “tocaron” de un modo u otro a la docente en cuestión. Su participación y efectos de la intervención, devinieron ACONTECIMIENTO. Su estado de ánimo, sus potencias a desplegar, sus universos sensibles y representaciones, y sus operatorias subjetivas posteriores, sufrieron UN DESVÍO. Nos fuimos aquel día con la sensación de otro clima, al del comienzo. Y algunas preguntas. Cuál podría ser el efecto en la “máquina aprendiseñante de la intervención-instalación colectiva? ¿habría tenido lugar luego del “acontecimiento grupal”, alguna insurrección subjetiva de almas adormiladas y válvulas sensitivo-lúdicas oxidadas? ¿tendrían efecto en el aula algunas de estas jugadas, en la creación de condiciones para la producción de otro tipo de subjetividad sin tanta mortificación ni violencia; y abierta a la afirmación de la inteligencia, la procesualidad deseante y la vida?
Imaginando-creando una “Línea de fuga de la captura”…
Una semana después la docente formula este micro relato; tras su paso por el aula nuevamente:
“Volver al grado luego del último martes fue difícil, complejo, interesante y diferente. A medida que transcurría la mañana fueron apareciendo las escenas: la pirámide institucional, el espanto-escape, el transportador personal, la opresión, el supervisor, el delivery de salud, la penitencia. En cuanto los chicos llegaron y se formaron a la entrada se podía ver ya al ratito, cuántas sillas se les habían puesto encima y la forma exacta y precisa en que debían estar puestos en su lugar…y eso que es tan temprano; tuve que literalmente cambiarme de lugar, moverme, para soportar la escena… Luego en la intimidad de mi clase, donde las microprácticas todavía son posibles, se jugaron varias escenas, ocupamos el espacio de otra manera, propuse otros movimientos, otra dinámica. Hubo algunos conflictos pero no ocuparon el lugar central de la jornada, luego de ellos me fue posible retomar livianamente lo que estábamos haciendo antes…y ahí vamos…” Incluso fue llamativa una de sus expresiones: “me angustiaba al no percibir un clima violento en el aula”.
Hemos intentado aproximarnos a una experiencia “acontecimental” (desvío de las operatorias subjetivas previas, en aras de la producción inmanente de otro tipo de subjetividad, expansiva y deseante. Para ello nos hemos valido de un dispositivo de experimentación colectiva (espacio liso donde fluir) que habilita un plano de consistencia (organización mínima) para el devenir lúdico- creador, en este caso de los “aprendiseñantes”. La yuxtaposición de representaciones y sensaciones, de ritmos y velocidades, de flujos y conceptos, dan lugar al “plano de composición” con otra arquitectura distinta a la captura inicial (espacio de líneas duras y estriado). Las “esquizo-intervenciones en el marco de la práctica podríamos conceptuarlas como parte de una práctica a poético-política (poética por el componente perceptivo-expresivo afectivo y sensible; y micropolítica por las estrategias de producción del deseo, las producciones de subjetividad y las relaciones con el otro). Evento devenido acontecimiento. Dispositivo colectivo (multiplicidad) de enunciación para una cartografía de aprendiseñantes que vuelven a volar.
Hay un momento
en que uno se libera de su biografía
y abandona entonces esa sombra agobiante,
esa simulación que es el pasado.
Ya no hay que servir más
la angosta fórmula de uno mismo,
ni seguir ensayando sus conquistas,
ni plañir en las bifurcaciones.
Abandonar la propia biografía
y no reconocer los propios datos,
es aliviar la carga para el viaje.
Y es como colgar en la pared un marco vacío
para que ningún paisaje se agote al fijarse.
Roberto Juarroz, 1978