Este artículo fue redactado por Hernán Kesselman a partir de los diálogos con Juan Campos Avillar, como parte del relato que ambos autores efectuaron en el IX Congreso Internacional de Psicoterapia de Grupo, y que forma parte del libro Grupo Análisis Operativo: Foulkes – Pichón Rivière, un diálogo pendiente, un diálogo para el cambio, y cuyo prólogo fue presentado como anticipo en “Temas de Psicología Social” No. 7, agosto de 1986. Ediciones Cinco, Buenos Aires.
Con las siglas C.D.R. denominamos un método grupo analítico operativo caracterizado por la búsqueda de consonancias / coincidencias / convergencias (C.), disonancias / discrepancias / diferencias (D) y resonancias (R.) aplicadas a un texto y a un contexto de datos.
Para provocar resonancias en cada uno de nosotros en el grupo de experiencia de formación que llamamos G.A.O. (Grupo Análisis Operativo primer curso – ver programa) y que hemos conducido y coordinado comparativamente (y que queremos provocar entre los escuchas y/o lectores de este trabajo) partimos siempre desde el señalamiento sucinto de las consonancias-coincidencias y de las disonancias-diferencias fundamentalmente entre la obra de S.H. Foulkes y la de E. Pichón Rivière.
Es necesario subrayar que en nuestros propios encuentros para aplicar/nos el método C.D.R. hemos llegado a comparaciones entre la obra de ambos autores situadas en tres niveles continuando con la idea de trípode. Para esta idea se recuerdan los comentarios de Juan Campos en el prólogo a la edición española de “Psicoterapia Grupo Analítica: métodos y principios” de S.H. Foulkes (De. Gedisa, Barcelona, 1981).
Allí se decía que: “…la labor de S.H. Foulkes, su campo de aplicación y de investigación, no se limita, sin embargo, sólo al grupo pequeño. El círculo que lo simboliza se expande y crece hasta convertirse en una tabla redonda que descansa siempre sobre el trípode.
Al nivel de la teoría sus tres patas viven constituidas por la teoría reticular social -The network theory of neurosis-; por la de matriz grupal, dinámica de la situación terapéutica -the group matrix- y, por la de los procesos de entrenamiento, formación y organización social de los psicoterapeutas. Teoría ésta que adoptando a este nivel uno de los conceptos, me atrevería yo a llamar la de los professional plexus y que se ocuparía de las maneras de cómo el profesional científico, el psicoterapeuta, desarrolla su capacidad analítica, conceptualiza, organiza y justifica su práctica y se convierte en agente de cambio terapéutico”.
Utilizamos este trípode para señalar las convergencias y diferencias entre Foulkes y Pichón Rivière pero también para contextualizar las coincidencias y diferencias que ellos mismos quisieron marcar con los autores de su época.
1. Cuando S.H. Foulkes elabora su teoría reticular de la neurosis, avanza el concepto de plexus y paralelamente, E. Pichón Rivière cuando desarrolla su teoría de la enfermedad única y la noción de ecología humana grupal (interna y externa) avanza el concepto de vínculo sobre el que se organiza toda su teoría.
Así como el de plexus es el nudo central en la red teórica de Foulkes, el de vínculo es el nudo central en la red teórica de Pichón.
En este punto del trípode lo que tienen de común varios autores es el cuestionamiento a la teoría de las relaciones objetales de Melanie Klein respecto a la inmovilidad y al determinismo vertical que se repite (desde la infancia) en las relaciones humanas (posiciones esquizo-paranoide y depresiva). Esto se ejemplifica en los conceptos de distintos plexus o complexus de Foulkes y los conceptos de divalencia y telé de Pichón.
2. El segundo elemento del trípode que en Foulkes es el group dynamic matrix tiene su equivalente en los conceptos de organizadores internos del grupo operativo de Pichón (motivación, necesidad y deseo, en relación con la tarea).
La concepción de transpersonalidad y resonancia de Foulkes se complementa y permite comprender mejor -a nuestro entender- las ideas de Pichón sobre horizontalidad y verticalidad y que culminan en las nociones de portavoz y emergente.
Ambos se ponen de acuerdo para designar este complejo fenómeno de conceptos con el nombre de procesos grupales.
En este segundo punto del trípode es interesante señalar un punto de coincidencia de ambos autores: los dos, siendo psiquiatras clínicos y psicoanalistas, hacen una apertura a la sociología, a la filosofía y a otras disciplinas que les permite ir enriqueciendo la visión que, como psicoanalistas, tienen para construir un ECRO (esquema conceptual, referencial y operativo) que permita comprender y explicar grupalmente el comportamiento humano. Aunque hay algunas diferencias:
Foulkes reconoce la importancia de la teoría del campo -de Kurt Lewin- en el desarrollo de la investigación activa de la grupo-dinamia y la importancia asimismo de los trabajos de W.R. Bion, pero advierte que no se confundan sus conceptos como provenientes de estos autores. Respecto de Kurt Lewin porque Foulkes utiliza, a diferencia de este autor, el término group dynamics en el sentido de dinámicas inconscientes de Freud y es para diferenciarse de Lewin que adopta el término de “procesos grupales”.
También señala diferencias con Bion: los pequeños “grupos de estudio” de éste y su concepto de grupo-dinamia van también por otros derroteros puesto que lo que preocupa a Bion es examinar a la luz “de los modernos desarrollos del Psicoanálisis, asociados con el trabajo de Melanie Klein”, la conceptualización que hace Freud de los grupos humanos. Para ello llevó a cabo sus experiencias con grupos. Para ello adoptó un método experimental y al parecer nunca estuvo demasiado convencido de que su técnica sirviera para conducir grupos terapéuticos. Y es sobre todo en este último punto, donde radica la diferencia de Bion con Foulkes, que no intenta traducir Freud al idioma de Melanie Klein y que sí estaba convencido de que con su técnica se podían conducir grupos terapéuticos y de otros tipos. Foulkes da al “desaprendizaje-reaprendizaje” (unlearning) y a la comunicación grupal un papel fundamental en su teoría, sin embargo no reconoce más influencia pedagógica que la Psicología de la Gestalt de Kurt Goldstein (The Organism) con quien trabajó en Alemania, neurólogo y psiquiatra que consideraba al sistema nervioso central como una red (network), un aparato que siempre funciona como un todo y cuya actividad se entiende cuando se utilizan los principios de “respuesta de figura y fondo” de la Psicología de la Gestalt. Foulkes adoptó estas ideas y las del sociólogo de Francfort, Norbert Elias, de quien fue amigo y colega durante muchos años (The civilizing process). En síntesis, como lo señala Malcom Pines en el prefacio de la versión española anteriormente citada, “la originalidad de Foulkes radica en la creativa síntesis de Psicoanálisis, Psicología de la Gestalt y Sociología como fundamento teórico de su trabajo clínico”.
En cambio Pichón reconoce la enorme diferencia que en su pensamiento y para la creación del cono invertido (figura en la que simboliza Pichón las seis constantes del proceso grupal: pertenencia, cooperación, pertinencia, aprendizaje, comunicación, telé) han tenido diversos autores: Moreno con sus conceptos de telé y escena dramática; Kurt Lewin y los T-groups; la teoría de la Gestalt, G. Mead, psicólogo social norteamericano que insistió en la importancia de la formación de los psicólogos sociales; Bateson y toda la escuela de Palo Alto, de los que difiere especialmente, al ser psicoanalista (como Foulkes) por el manejo grupal de la teoría del inconsciente y la transferencia, pero de los que tomó la concepción de la enfermedad grupal familiar como unidad de patología, y el paciente identificado como posible agente de cambio de dicho grupo, la concepción de secreto familiar y de malentendido básico como cortocircuito en la comunicación, etc.; de Levi Strauss y de la Antropología Cultural, la importancia de analizar las distintas generaciones del grupo familiar para las concepciones de “tiado” y “abuelato”; de la Sociología y la Filosofía: Marx, para la utilización del método dialéctico de pensamiento y del vínculo; de la pedagogía: Gastón Bachelard, para los conceptos de desaprendizaje, reaprendizaje y enseñaje (aprender a pensar, aprender a aprender, aprender a enseñar) y obstáculos (epistemológico y epistemofílico); de la filosofía sartreana y su integración de los distintos tiempos grupales; de la literatura sobre todo de Isidore Ducasse (el conde de Lautréamont) en sus profundizaciones de “lo siniestro”. Todas estas influencias explican la gran pasión de Pichón por construir una epistemología convergente para comprender, explicar y corregir el comportamiento humano. Quizás esta actitud de apertura es común a ambos autores. Pichón más obsesionado por la resolución de la tarea en el grupo operativo y Foulkes más obsesionado por la democracia en el desarrollo del grupo grupoanalítico.
3. El último apoyo del trípode: el de professional plexus, es decir, aquel que se ocupa de las maneras de cómo el profesional científico, el psicoterapeuta, desarrolla su actitud analítica, conceptualiza, organiza y justifica su práctica y se convierte en agente de cambio terapéutico, también presenta coincidencias y diferencias en E. Pichón Rivière y S.H. Foulkes.
Ninguno de los dos dejó de pertenecer a la Asociación Psicoanalítica Internacional, aunque ambos tuvieron que llevar adelante sus experimentos en el campo de la psicología grupal y social fuera de las mismas. S.H. Foulkes en el Northfield y Maudsley de Inglaterra y Carolina de Estados Unidos y Pichón Rivière en el Hospital Neuropsiquiátrico de Buenos Aires y en otras instituciones de Latinoamérica. Ambos crearon sus institutos privados, que les permitirán desarrollarse y formar gente: Foulkes con la Group Analytic Society y Pichón con su Primera Escuela Privada de Psicología Social.
A pesar de las similitudes en el radio del alumnado posible, Foulkes se dedica principalmente a la formación de psicoterapeutas de grupo (psicoanalistas) y Pichón a la formación de psicólogos sociales preponderantemente.
Lo hasta aquí dicho permite comprender en gran medida el porqué de los derroteros similares y diferentes de los discípulos de ambos maestros (incluidos nosotros, naturalmente). Pichón da lugar en América del Sur y Centroamérica al desarrollo de morenianos, freudianos, kleinianos, lacanianos, sistémicos, gestaltistas, psicodramatistas analíticos, etc. No sólo profesionales de diferentes corrientes de la psicología dinámica, sino también representantes de disciplinas que abarcan los más variados campos de la sociedad: educación, trabajo, ocio, salud, etc. Recordamos aquí que Pichón sostenía que el grupo es más operativo cuando es más homogéneo en la tarea y más heterogéneo en su composición.
En cambio el proyecto de Foulkes fue el de llevar al Psicoanálisis al interior del grupo, especialmente del grupo terapéutico, con la concepción grupoanalítica de trabajar en pequeños y medianos grupos y cierta homogeneidad en la composición de los grupos y de sus integrantes, sean estos pacientes o psicoterapeutas. Su influencia se nota en toda corriente grupal de inspiración psicoanalítica en Europa o América del Norte y parte de América del Sur, en la formación de conductores de grupo en diversos campos (en especial en terapias de grupo familiar y psicoterapéutico).
Este método de análisis que llamamos C.D.R. (consonancias, disonancias, resonancias) con el que hemos realizado el trípode entre Pichón y Foulkes es el mismo que ha permitido analizar las coincidencias, diferencias, resonancias entre nosotros, los autores de este trabajo.
En Revista “Temas Grupales por Autores Argentinos”. Ediciones Cinco, Buenos Aires, 1987
Del libro de Hernán Kesselman, “La Psicoterapia Operativa” (dos volúmenes) I. “Crónicas de un psicoargonauta” y II. “El Goce Estético en el de Curar.”, Editorial Lumen-Hvmanitas, Buenos Aires 1999.