Hemos hablado en clases anteriores de las Máquinas Deseantes (MD), en ésta trataremos brevemente sobre el Cuerpo sin Órganos (Cs. Os.)
El Cs. Os., usando la metáfora pedagógica es una especie de soporte de las MD. Se puede también decir, más correctamente, que es un Pre-plano sobre el cual se agencian las MD, es decir, sobre el cual se efectúan sus síntesis.
Cada dispositivo o Agenciamiento, también las grandes configuraciones como el Estado, se “maquinan” sobre un Cs. Os. Cada una de ellas construye uno, y aunque Deleuze y Guattari sostengan que puede haber un Cs. Os. que reúne a todos, ese punto no parece completamente esclarecido. También se dice que el Cs. Os. es el “Grado Cero” de intensidad. Tal vez esa afirmación pueda ser entendida como que el Cs. Os. es lo que aún no comenzó a desplegarse como MD.
En principio la idea de Cs. Os. está tomada de un poema de Artaud, en el cual el genial autor critica todo aquello que sea organismo –en el sentido de estar ya organizado. Se refiere principalmente al cuerpo biopsíquico, pero parece aludir a todo lo que está ordenado y organizado. Artaud postula construir un cuerpo compuesto de “Sangre y de Huesos”; obviamente es un cuerpo imposible, pero contribuye para sugerir la Idea de que existe un cuerpo potencial, que no es enemigo de los órganos, sino de la organización, considerada como inapelable o única.
En segunda instancia, Deleuze y Guattari toman la idea de Cs. Os. de las religiones hindúes (Cuerpo Tántrico) y de la mitología de la Comunidad Dogon (Huevo Cósmico). Estos “cuerpos” se caracterizan por ser atravesados por flujos, que se mueven de acuerdo a ejes, que se distribuyen en gradientes y que forman áreas energéticas móviles caracterizadas por grados de intensidad. Es a partir de esos “huevos” que van a diferenciarse de todo aquello que llamamos “Realidad”, pero eso no implica que en el nivel del Huevo se vigorice una diferenciación. Por el contrario, las diferencias intensivas del Cs. Os. son puras y reales diferencias, sólo que no están dadas en las dimensiones de la temporalidad y de la espacialidad, sino en la dimensión de la potencia.
El huevo genético también puede ser entendido de esa manera; a pesar de que el repertorio genético ya haya sido identificado y clasificado puntualmente, en su conjunto, opera como un Cs. Os., dado que, por ejemplo, a partir de él, no se puede determinar qué “parte” del huevo irá a dar en cada órgano o miembro. Primero se diferencia, digamos, un brazo, y sólo después se decide si habrá de ser el derecho o el izquierdo. También el funcionamiento del Cerebro, por ejemplo, puede ser entendido de esta manera.
En la filosofía de Spinoza, la sustancia es el concepto que parece reunir características similares. La sustancia es generadora de todo lo que ES. Tiene infinitos atributos (que son trazos que definen la sustancia), que se van a realizar como un número limitado de Modos. La Sustancia es omnipotente, y en ella están potencialmente incluidas sus producciones. Por eso, es que se califica a la filosofía de Spinoza como panteísta, dado que una Sustancia tiene los mismos poderes que Dios, es Dios.
El filósofo Leibniz afirma que la realidad está compuesta por unidades incomunicables entre sí, cada una de las cuales “ve el mundo” desde su “punto de vista”. Dentro de esa pluralidad de mundos “posibles de componer” o “co-posibles”, la unidad de esa mónadas se hace en Dios. Mónada de las mónadas, que es quién decide cuál de los mundos posibles de componer es el mejor. Las mónadas están distribuidas en capas, cada una de ellas infinitamente plegada.
Deleuze ha estudiado cómo el arte barroco tiene una modalidad típica, perfectamente articulable con la filosofía de Leibniz.
El filósofo Kant escribió que la materia tiene cantidad y calidad, pero que existe una tercera dimensión que son las “calidades intensivas”. Es lo que Deleuze y Guattari toman para postular las Intensidades Puras, que sólo se realizan como “individuaciones”, inusitadas, cuya originalidad sólo puede ser medida como un “grado”, por ejemplo, un color, o un sonido, o un verano, Cada una de esas realizaciones tiene una singularidad que sólo puede ser identificada como “un grado de sí misma”.
Nietzsche sustentaba que a toda la realidad subyace una capacidad, que denomina Voluntad de Poder. No se trata de que esta Voluntad sea algún Sujeto. La Voluntad de Poder puede hasta constituir sujetos, animales, etc. La Voluntad de Poder se distribuye en Fuerzas (Fuerzas Activas y Fuerzas Reactivas) La Fuerzas Reactivas se oponen a esta productividad. Nietzsche hace una crítica formidable de los valores vigentes en Occidente, especialmente en la medida en que los considera como expresión del triunfo de las Fuerzas Reactivas que pueden conducir a la Voluntad de Poder al extremo de ser “Voluntad de Nada”. Propone una transvaloración de todos los valores al servicio de esa invención y de esa Vida.
Del filósofo Bergson ya hemos hablado en varias oportunidades. Su idea es que la Realidad es más que lo Real (admitido por todos), lo Posible y lo Imposible. Dice que lo Imposible se define como lo que no es Posible, éste se define como lo que “puede llegar a ser Real”, es decir, se define desde lo Real. Real y Posible tienen así un mismo concepto. Pero la Realidad está compuesta también por lo Virtual, o sea, por lo que aún no se actualizó. De modo que, al actualizarse, transforme radicalmente lo que se consideraba Real, Posible e Imposible. Sucede que lo Virtual, aún siendo la parte más importante de la Realidad, es impensable, impredecible, dado que tiene otro Concepto que es el de lo Real, Posible, etc.
Como se ve, todas estas Ideas son aplicables a la construcción del Concepto de Cs. Os. En suma, el Cs. Os. en Deleuze y Guattari, es otro de los recursos para tratar de pensar el Caos y su relación con el Cosmos. El Caos va a ser pensado como positividad y no sólo como falta o ausencia de las características del Cosmos-Orden.
El Cs. Os. en el nivel de la Superficie de Registro-Control, va a ser modulado como Cuerpo Lleno, al cual nos referiremos más detalladamente en las clases siguientes.
Este apunte pertenece al libro Introdução à Esquizoanálise. Editado por la Biblioteca del Instituto Félix Guattari, de Belo Horizonte, Brasil, 1998.
Traducción: Andrea Álvarez Contreras.
Buenos Aires, 25 de abril de 2003.