El Esquizoanálisis tiene una lectura muy especial de la Historia. Capítulos como “Bárbaros, Salvajes y Civilizados”, de El Anti-Edipo, así como los capítulos de Mil Mesetas, “Micropolítica y segmentariedad” y “La Máquina de Guerra”, configuran una extraordinaria síntesis de la Historia Universal.
La Historia Universal es un saber imperiosamente necesario para entender la situación en la cual está contemporáneamente el mundo y para intentar prever cuáles son las tendencias del futuro. Esto, a su vez, es indispensable para poder diseñar estrategias de vida y de militancia que sean propicias para la realización de nuestras Utopías Activas.
Ahora bien, existen tantas versiones de la Historia Universal, orientadas en el sentido que conviene a los sectores sociales que las hacen, por ello es necesario encontrar una cierta “inocencia” para poder ver la Historia de una manera innovadora y revolucionaria.
El Esquizoanálisis propone que la Historia Universal debe ser hecha tomando los siguientes cuidados: en primer lugar, es necesario que la Historia esté hecha desde nuestros días hacia un supuesto pasado y que, en esa medida, leeremos una historia que está inevitablemente sujeta a cómo nos situamos en el panorama actual, o sea, la Historia no es cronológico-genético-evolutiva, sino retrospectiva, es leída a partir de sus instancias activas en el panorama presente. En segundo lugar, si una formación social como la nuestra está en condiciones de hacer Historia Universal, es porque ha llegado a un grado de perfeccionamiento y de universalidad que le da los instrumentos y los criterios para hacerla; pero eso será fecundo si nuestra actualidad fuese capaz de tomar una cierta distancia de sí misma que le posibilite hacer su autocrítica y así tenderla al pasado.
Por otra parte, y tal vez como componente de esa capacidad crítica, la Historia Universal tiene que ser irónica, o sea, capaz de un cierto sentido del humor que logre desacralizar lo acontecido, sin atribuirle carácter solemne alguno, infalible o divino. Marx decía que la Historia se repite “Primero como tragedia y después como farsa”*
Es importante destacar que, así como es necesario estudiar parte de la Historia que obedece a leyes, o sea, que está regulada por un cierto determinismo, no es menos importante recordar que lo que realmente constituye el motor de la Historia como devenir permanente es el Azar, son los grandes encuentros y acontecimientos inesperados, imprevisibles, radicalmente nuevos.
Debemos agregar que no existe Una Historia Universal Unitaria, dado que la misma es una abstracción de innumerables procesos diferentes, cada uno de los cuales tiene su Tiempo sui generis, y cuyas correlaciones mutuas a veces es posible y otras imposible de efectuar; son intempestivos.
Por último, es necesario diferenciar claramente qué es la Historiografía -es decir, una pretensión de describir los hechos históricos “tal como sucedieron”-, del verdadero trabajo del historiador, que invariablemente es una interpretación de datos y una invención de conceptos y versiones de lo acontecido.
Es completamente inviable resumir aquí la enorme cantidad de conocimientos y postulados originalísimos que están incluidos en los capítulos mencionados. Trataremos sólo de señalar algunos aspectos que nos parecen los más importantes.
En primer lugar, digamos que la contextualización usada por Deleuze y Guattari abreva en las más diversas fuentes, pero que, a nuestro entender, las más importantes provienen del Materialismo Histórico, de algunas obras de Nietzsche y de valiosas contribuciones de antropólogos heterodoxos.
Digamos de modo sintético que, el Esquizoanálisis reconoce la existencia de una Formación Territorial Primitiva, de una Imperial-Bárbara, Asiática, Despótica o Esclavócrata; después la Formación de los Imperios “constitucionales” griegos o de su peculiar “democracia”; luego de una Medieval, Feudal o Servil, así como la correspondiente a las Monarquías Absolutistas Europeas, para culminar en el Capitalismo y en la Democracia Burguesa incipiente, en el Capitalismo Industrial Clásico y en el Capitalismo Transnacional Globalizado o Fase Superior del Capitalismo Mundial Integrado. En algunos momentos, es posible encontrar en Deleuze y Guattari la referencia a formaciones de difícil ubicación (que se demostraron esenciales), tales como el Modo Común o Comunal Germánico** y una división general entre Nómades y Sedentarios (esta última configura una redefinición general de toda la Historia Universal)
Dentro de los límites de esta clase, lo que podemos resumir es que cada una de esas formaciones Histórico-Sociales se caracteriza por la distribución que en ellas se realiza de las relaciones y de la configuración de las Superficies de Producción, de Registro-Control y de Consumo-Consumación. Los diversos aspectos de cada formación componen, principalmente, los procesos de producción de bienes materiales indispensables para la vida, de medios de producción, la producción de modos sui generis de gobierno, así como las pecularidades de la producción de subjetividades, individualidades, personas y agentes de todos los procesos.
Según este postulado, todos los componentes de la Historia de cada una de esas formaciones sociales son producidos, reproducidos y antiproducidos según modalidades sui generis. En otras palabras, no tiene nada que sea eterno y dado de una vez y para siempre, y sólo modulado por las particularidades, según se acostumbraba a decir, del “contexto histórico”.
Es importante considerar también que toda Formación Histórica es una manera de producir un socius que “ordene y controle” el Proceso Productivo-Deseante que tiende permanentemente a la desterritorialización absoluta. El problema consiste en cómo y cuánto cada socius logra aprovechar productivamente, y paralizar reproductivamente o destruir antiproductivamente sus potencias productivas. La Superficie de Registro-Control de cada Formación Histórica está regida por una entidad llamada “Cuerpo Lleno”, que varía de una a otra y que tiene la particularidad de atribuirse todas las fuerzas productivas y aprovechar ese mecanismo para dominar toda la realidad de cada Formación. En la Formación Territorial Primitiva es el Cuerpo Lleno de la Tierra, en la Imperial es el Cuerpo Lleno del Emperador y en el Capitalismo es el Cuerpo Lleno del Capital dinero, que configura una Axiomática que convierte a todos los elementos de la realidad histórica como equivalentes en la forma dinero.
Por último, es importante destacar que las modalidades de la Subjetividad también varían de una formación social a otra. La estructura del “Sujeto Edípico”, tal como el Psicoanálisis la encuentra en el Capitalismo y que insiste en declarar universal, ubicua e invariable, no es así en las diferentes Formaciones Sociales.
En realidad, se prepara como tal en el Modo Territorial Primitivo, se instala como tal en el Sujeto Emperador y en la familia Imperial de las Formaciones Despósticas en la “persona” del Emperador, y emigra en la interioridad del sujeto burgués privado durante la Modernidad, componiendo el “Hombre Íntimo”, que nosotros creemos que es la única imagen universal y eterna del “Hombre”.
Leída así, la Historia abre la posibilidad de otras formaciones Históricas y otras subjetivaciones deseantes-revolucionarias, no sujetas a la reproducción y a la antiproducción de los Cuerpos Llenos Históricos vigentes.
Este apunte pertenece al libro “Introdução à Esquizoanálise”. Editado por la Biblioteca del Instituto Félix Guattari, de Belo Horizonte, Brasil, 1998.
Traducción: Andrea Alvarez Contreras
Buenos Aires, 11 de abril de 2003