Sinceramente, respetamos las denominaciones (que pretenden “determinar” un estatuto) y las periodizaciones (que atribuyen uno u otro orden secuencial) a la Obra de Deleuze y Guattari. Pero sabemos que se trata de un Rizoma no totalizable, ya que cada uno le da el nombre que le resulte más expresivo, y cada uno lo recorre según itinerarios cartográficos únicos e irrepetibles.
Para nosotros el nombre es: Esquizoanálisis o Pragmática Universal (según constan en El Anti Edipo y en Mil Mesetas, respectivamente), volúmenes que consideramos como los dos vórtices de ese océano turbulento de máquinas-libros. Y que también se puede decir de ellos que son Filosofía… y Ciencia… y Arte (sobre todo, Literatura) … y Política …y Clínica … y no nos extraña: lo importante es que “después” de ese Acontecimiento, ya nada será como “antes”… y que ese Advenimiento merece, además de “todos los nombres de la Historia”, un Nombre Propio. Algo así como “El Efecto Clínico D y G”.
Pero, además de ello, es necesario preguntarse: ¿“después” de esta individuación, “todos” los nombres-estatutos y los “inventarios de diferencias”, así como sus “periodizaciones-jerarquizaciones” (por ejemplo: las “Especificidades” y las “Profesionalidades”) no tienden a volverse irreversibles y transversalmente mutantes?
¿Aquello que habitualmente denominamos (Psico) Clínica, puede ser Esquizoanalítica? Parece evidente que no; pero ¿puede devenir o ya habrá devenido Esquizoanalítica? ¿Por qué no? Y aún, si devino y seguirá deviniendo Esquizoanalítica, lo hará, inevitablemente de maneras singulares, y como multiplicidades, o sea, siempre como el Otro de una supuesta Edición de Esquizoanálisis.
Por eso, los Deleuzianos-Guattarianos “de bolsillo”, así como los pudorosos reactivos a esa presunta ortodoxia imposible, pueden dormir tranquilos. El problema no es ése: La cuestión consiste en cómo aprender a soñar despiertos.
¿Las Klínicas Esquizoanalíticas, que obviamente tienen que ver con el klinamen y casi nada con el Klinos, no serán demasiado importantes para constituir un patrimomio de los clínicos convencionales … Particularmente, de los que ostentan antiguos y diversos títulos que los consagran como tales … Y en especial, los que se proclaman, digamos, Psicoanalistas … Holistas … Sistémicos … o-no-sé-qué?
No se puede desconocer que muchos de esos clínicos devienen ocasionalmente Esquizoanalistas sin saberlo (y que tal vez no necesiten enterarse de ello). A partir de la Idea de Heterogénesis, nunca conseguiremos ignorar la infinita variedad de los dispositivos Klínicos, como así también de los efectos Klínicos de los agenciamientos que, desde la superficie de Registro-Control, no se identifican como Klínicos. Pero tampoco cabe desconocer que existe quien se cree Esquizoanalista y se presenta, por ejemplo, como Psicoanalista, lo cual no aparenta ser precisamente el disfraz según el cual un Simulacro se fantasee como “Buena Copia”; pero parecen ser “Malas Copias” que aspiran a los beneficios que, en la “República”, están reservados a los auténticos pretendientes.
¿Será que todo eso “no ofrece la posibilidad de pensar” que, devenir un Klínico Esquizoanalista, no pasa por los títulos que legitiman o “autorizan” esa condición, sino que pasa mucho más por un modo de klinicar, por un modo de vivir… deseante, productivo, revolucionario” ¿Será que para conceptualizar ese modo de vivir basta la, indudablemente magnífica, fórmula: “No Fascista”? ¿O acaso es necesario agregar, por ejemplo, “No Neoliberal e incluso Socialdemócrata”? Es decir, “No-Heterogestor” y “No-Heteroanalítico”?
¿Será que para un vivir así, hacer Klínica Esquizoanalítica exige delimitar qué parte del afectar y ser afectado de la existencia del “expert” corresponde al “oficio” de klínico?
Nosotros ya escuchamos y hasta hemos escrito que en la formulación de las preguntas están implícitas las respuestas. Pero por lo menos, nos gustaría mucho que el lector no tomase esos interrogantes como deliberadamente retóricos. Porque ¿es acaso un “punto pacífico” como devienen y devendrán las “ofertas”, las “demandas”, los “contratos”, las “implicaciones”, “las cajas de herramientas”, los “diagnósticos” y las “curas” en las Klínicas Esquizoanalíticas? Es por azar un “punto pacífico” ¿cuáles serán los “espacios” y los “tiempos”, los “personajes klinicales” (tanto por parte de los “agentes” como por la de los “pacientes”): “individuales”, “colectivos”, “equipos”, “grupos”, “organizaciones”, “civilizaciones”?
¿Cómo sería la Formación de un Klínico Esquizoanalista cómo serían sus “Sociedades Científicas o Académicas”, sus “Comunicaciones Bibliográficas”, sus “Consejos y Sindicatos”?
Por un lado: ¿tiene sentido ubicar estas preguntas -buena parte de cuyas formulaciones son ya obsoletas para la Nueva Klínica (tanto como conceptos como en recursos)- son, exactamente, lo que hay que criticar y recrear? Y, no obstante: ¿tiene sentido tratar de prever lo imprevisible, de decir lo indecible, de conceptualizar lo Virtual recién Actualizado, o por Actualizar? ¿Las Klínicas Esquizoanalíticas como transmutación? … ¿o como elegante aggiornamiento subliminar homeopático, más o menos asumido?
Pero sustancialmente: ¿las Klínicas Esquizoanalíticas -estarán destinadas a las Élites que pueden pagar… o al Pueblo … aunque sea un “Pueblo que está por Venir”?
Sabemos que la “Máquina de Guerra” no significa “Artefacto Bélico”, pero así como los “Mundos” son genocidas: ¿vale la pena cualquier maquinación que no tenga, por lo menos, una dimensión guerrera?
Por ejemplo, interesa interrogarse sobre ¿qué no sería Klínica Esquizoanalítica, aunque la negación no sea un recurso “creativo”?
Es bueno recordar que de las proposiciones indecibles surgen las conexiones inventivo-revolucionarias y también puede surgir la gelatina Posmoderna?
En esa Catedral fluctuante, llamada El Anti-Edipo, construida por dos geniales compagnons, están prescriptos dos tipos de Tareas para el Esquizoanálisis: las Negativas y las Positivas. ¿Será demasiado arbitrario imaginar que todos los escritos “anteriores” y “posteriores” (enfatizando Mil Mesetas) no hacen otra cosa más que cumplir “Lisa” y “Aiónicamente” con esas dos tareas? ¿Qué otra cosa podemos hacer los Klínicos Esquizoanalíticos, que seguir reinventando esos trabajos?
Una Klínica con un Paradigma Estético, una Estética Klínica o una Klínica Estética sin paradigma alguno? Una Ciencia menor, dicha en un Lenguaje Menor, que se transversalice con una Literatura menor … una Filosofía Menor … una Filosofía sin Fundamento, un Pensamiento sin imagen, una Micropolítica del Deseo … una Praxis de la Diferencia, de conexiones que alberguen a las Singularidades Intensivas, de la Proliferación de Multiplicidades incapturables, de la generación de Entidades irreductibles, de la concepción de Individuaciones inclasificables … lo cierto es que todos esos Conceptos, Funciones y Variaciones, son para nosotros, contemporáneos, un inapreciable “regalo de los Dioses” … la condición de que nos enteremos que las valiosas instrucciones acerca de “Cómo hacerse un Cuerpo sin Órganos” (o “Cómo montar dispositivos Caósmicos”) son capítulos maravillosos que narran “Aquello que pasó” … pero no lo que “está pasando”, ni “lo que está por pasar”.
¿Una Klínica como una deshabituación de los Hábitos y una canalización de las afinidades?
¿Una Klínica como una desmitificación de las Semejanzas, de las Analogías, de las Contradicciones, de la Representación y del Concepto, así como de la afirmación de la Diferencia? ¿Una Klínica como la promoción de un Nuevo Entendimiento para gestar “Buenos Encuentros”? ¿”Una Klínica como un Nuevo Arte del uso Disyuntivo de las Facultades? ¿Una Klínica como generación del Sentido? ¿Una Klínica como una Nueva Lógica de la Sensación? ¿Una Klínica como asunción de la univocidad del Ser y del Eterno Retorno de la Diferencia, tanto como de la Transvalorización de los Valores? ¿Una Klínica como reformulación de “falsos problemas” y como “estrategias” para la Actualización Virtual? ¿Una Klínica con la inclusión de Semióticas-A-significantes? ¿Una Klínica Nómade de los Espacios Lisos, de los Pliegues Infinitos, del Pensamiento del Afuera, del Diagrama y no del Programa, de la Desterritorialización, de las Líneas de Fuga, del Acontecimiento, de los Nuevos Ritornelos, contra la brusca interrupción o a su aceleración hasta el infinito del Proceso Esquizofrénico, contra las Reterritorializaciones Normales, Neuróticas, Perversas (de diván), Paranoicas, Melancólicas y Esquizofrénicas (de Manicomio), contra el Edipismo, el Familiarismo, el Estatismo… el Organismo?
¿Una Klínica maquínica? ¿Una Crítica y Klínica? … ¿Una parapsicología Klínica… una Klínica del Devenir Animal, del Devenir Célula, del Devenir Imperceptible, del Devenir Cerebro?
“ARS LONGA, VITA BREVIS”
De libro: Introdução á Esquizanálise, Coleção “Esquizanálise e Esquizodrama”, Biblioteca del Instituto Félix Guattari de Belo Horizonte, Brasil.
Traducción: Andrea Álvarez Contreras.
Buenos Aires, 28 de marzo de 2003.