Cuerpo como intrumento que toca y es tocado desde el comienzo, en el vientre de la madre, cargado de ritmos y sones
Cuerpo como música, música como maestro, maestro no como figura sino como río, río como circulación
Río que invita a zambullirse a las aguas, que en sus finuras
imperceptibles, deviene océano.
La acción de zambullirse es Salto; adentra en los espacios, ampliando el territorio de reunión.
Me interesa pensar pensando desde el cuerpo como instrumento.
Aceptando el riesgo, de entrar en la aventura de preguntarme el cómo y el para qué, del sonido que se emite cuando los códigos, como diques, detienen, capturan, tornando en ruido, que ensordece y separa.
Me interesa el desafío de abrir ventanas en los espacios
reducidos, desestructurar, reformular, disipar fantasmas, brumas.
Es el Río Torrentoso, bramando que dilata y rompe los espacios enmudecidos Río Dionisíaco grita para volver al canto.
Canto como Salto, Danza de sangre torrentosa que corre por las venas.
Danza que afirma la Tierra, Cuerpo Gigante y resonante que devora y desova, permaneciendo múltiple y mutante.
Cuerpo como música que es, y seguirá siendo…