Los nuevos paradigmas muestran los temas y corrientes citadas en la obra, que emergen de los acontecimientos histórico sociales y que se asientan, hasta que se los interroga en sus certezas inmóviles consagradas por el uso y el abuso permitiendo la emergencia de esos nuevos paradigmas que quizás no son tan nuevos, pero que se hacen vigentes, desde la crisis que se desata desde la interrogación y la elucidación crítica de aquello que se había naturalizado, mistificándose en estructuras dominantes que nadie se detiene a discutir. Por ello los nuevos paradigmas en nuestro campo los cito como herramientas y dispositivos destinados a desmistificar los espacios, los tiempos, los vínculos, los actores, los directores y el público de la dramaturgia de la Salud Mental en el gran escenario de la vida. Porque sirven para operar los llamo operativos y porque son efímeros subrayo su calidad de producto finito en las creencias que los sustentan.
1. Paradigmas en la Asistencia Pública Hospitalaria
En el primer ciclo relato la experiencia con Mauricio Goldenberg y los nuevos paradigmas con que abrimos la Psiquiatría Manicomial.
Si Pinel liberó al paciente psicótico encarcelado en sus cadenas, Mauricio Goldenberg le abrió las puertas para que caminara con libertad por su ciudad. Y por eso quiso que por una parte el paciente viviera una experiencia social hospitalaria lo más parecida a la que existía fuera del hospital. Por otra parte, estimuló a todo el personal de su Servicio, acostumbrado a ser consultado por la demanda de la cura, para que saliese a la comunidad lindante para ofrecer salud.
También demostramos que la formación interdisciplinaria y múltiple en corrientes de opinión es beneficiosa, tanto para la formación del terapeuta como para confeccionar un repertorio de recursos múltiples, grupales, situacionales, con que pudieran beneficiarse todo tipo de paciente. Esto lo ejemplifico con Psicoterapia Breve, que abrió el paradigma de la desmitificación del Psicoanálisis en tanto instrumento de uso privilegiado, elitario.
También relato los paradigmas operativos que estimulados por mis experiencias previas en Lanús y en Plataforma me llevó a demitificar la Psicología Médica cientificista, disecada de su histórico social y el conocimiento académico que fue sustituido por un esbozo de conceptos generados entre pacientes, docentes, terapeutas y personal auxiliar, que más que ser, estaba siendo “al pie de la cama” y para ser interrogados diariamente.
2. Paradigmas en la Caja de Herramientas del Psicoanalista Operativo
a. “Plataforma” desmitificación de la institución que forma al psicoanalista y de los reglamentos del encuadre y de la “asepsia” con el paciente y con la sociedad.
b. La Psicología Vincular: desmitifica la neutralidad del observador en relación del observado y coloca al psicoanalista, al coordinador, compartiendo psicopatologías que combinan con las de sus coordinados y pacientes. Principio básico: No hay enfermedades sino enfermos. No hay terapias sino terapeutas. Es decir, cada enfermo responde con mayor o menor fragilidad a los ataques patogénicos y reacciona de manera singular para defenderse de esos ataques. Todas las generalidades de un padecimiento figuran en un manual, pero las singularidades de cada enfermo hay que explorarlas en él como ser humano, como persona. Del mismo modo, los recursos técnicos de cada corriente terapéutica también figuran en un manual. Pero las singularidades con que lleva a cabo esos recursos dependen del terapeuta como ser humano, como persona. El camino de la cura se inicia con el encuentro vincular de esas singularidades y nos llevan a describir una psicopatología vincular que es generalizable como observación y descripción fenomenológica, y singularizable en cada momento del encuentro. Si el paciente se conecta desde su psicopatología singular, el terapeuta también se conecta con él desde su propia psicopatología singular, configurando geometrías, figuras pasibles de ser diagnosticadas para elegir las herramientas y el momento táctico de emplearlas, según convenga al desarrollo productivo del encuentro de ambas patologías. Por eso, uno aprende a curarse y el otro aprende a enseñarle. Estos preceptos rigen para el suministro, la elección de droga, y el momento y la forma de darla y recibirla, configurando así un campo de estudio en donde, además de la composición química del medicamento, debe investigarse la psicopatología de base, no sólo de quien recibe la droga sino también de quien la suministra. Queda abierto así, un amplio sector de investigación en el campo de la Salud Mental: la Psicopatología Vincular y la Psicofarmacología Vincular. Donde para poder ser curador, hay que conocer y reconocer primero al herido que llevamos dentro.
c. “Escenas Temidas”: desmitificación de la figura idealizada del psicoterapeuta y del coordinador de grupos.
d. “Análisis Didáctico Grupal” desmitificación de los límites rígidos entre lo terapéutico y lo didáctico. Desmistificación de la exclusividad de lo bi personal para definir lo que es psicoanalítico de lo que no lo es. Todo esto llega con el grupo (lo multipersonal) y lo grupal. (lo grupal como nivel). Para los psicólogos y psiquiatras, posibilita un Análisis Didáctico Grupal que cualifica al psicoterapeuta y le enseña a utilizar además multirecursos. Su tripode es: grupal, extrainstitucional y heterodoxo.
e. “La Multiplicación Dramática” incorpora un criterio de profundidad que se extiende horizontalmente por despliegue resonante. Desmitificación de la verticalidad para las hipótesis del saber y para las hipótesis del quehacer: las operaciones para la formación y para la cura. Desmitificación de lo que es científicamente serio y profundo. El final de La Monarquía Causal. El paradigma de lo complejo incluye el “y” conjuntivo con el “o” disyuntivo. Desmitifica así la vocación reduccionista de simplificar, de llegar a lo simple, a la causa única y no sólo a lo múltiple de una causa sino a la multiplicidad de disposiciones presentes en cada fragmento, cada uno con su devenir y sus conexiones, desde el inicio y no ya de lo Uno a lo múltiple, ni de lo múltiple a la unidad. Multiplicidad desde el comienzo, para desplegar, para multiplicar en lugar de reducir.
f. “La Clínica Antropofágica” desmitifica los axiomas impuestos por el terrorismo cientista al imponer su concepto de asepsia, por el cual una disciplina no puede contagiarse de ideas de otra disciplina para transformarse y producir nuevos conceptos. Por el contrario, la antropofagia se vale de la caosmosis transdisciplinaria que nos ayuda a fundar utopías dominadas por el paradigma de la creatividad (el que es alternativo al paradigma cientista que domina el universo capitalista). Estamos hablando del Paradigma Estético y de una Ética de la Multiplicidad (Félix Guattari).
g. “El Cartógrafo Operador en Salud Mental” desmitifica en sus quehaceres y saberes los axiomas más rígidos de la Psicología dominante, que hacen de la palabra el vehículo privilegiado por excelencia, oponiendo uso de la palabra y actividad corporal como incompatibles en el mismo escenario de la cura, definiendo por ejemplo, como psicoanalista al curador que sólo se vale de palabras, de interpretaciones verbales. En el Cartógrafo Operativo en Salud Mental se legitiman sus dos estares (Molar y Molecular), como dos formas de conducción en el entrenamiento de discípulos y en la cura de los pacientes. Y se vale de la antropofagia, afirmándose en la ausencia de racismo para aceptar intervenciones provenientes de diferentes corrientes con las que él simpatiza. El cartógrafo operativo estimula la invención (por terapeutas, alumnos y pacientes) de nuevas intervenciones para operar, dando legitimidad actual a los multirecursos, a las intervenciones múltiples, siempre abiertos a lo que vendrá: Psicología Operativa Abierta.
Del libro de Hernán Kesselman, “La Psicoterapia Operativa” (dos volúmenes) I. “Crónicas de un psicoargonauta” y II. “El Goce Estético en el de Curar.”, Editorial Lumen-Hvmanitas, Buenos Aires 1999.