“El primer valor que asigno al libro es el hecho que constituye una aporte para intentar sacar psicoterapias breves de cierto pudor que orienta su práctica como si se tratara de una actividad desnaturalizada o ilícita que se practica algo así como en secreto o con cierta culpa de que se está malgastando el tiempo u ofreciendo sustitutos de lo que se supone debería hacerse a cambio. La psicoterapia breve requiere más que nunca que los que la practican comuniquen sus experiencias, técnicas y teorías, porque ésta será la única manera en que se podrá salir de cierto embotellamiento en el cual se encuentra en la actualidad y de un cierto clima de heterodoxia o de herejía que la tiñe. Creo que para ello debe además aclararse -como lo hace el Dr. Kesselman- infinidad de veces o todas las veces que sea necesario, que no se practica o ‘aplica’ el Psicoanálisis, sino que se utilizan conocimientos derivados del mismo, pero de tal manera que no haya superposición ni confusión de campos, de técnicas ni de conceptos. Un aspecto no menos importante que apunta especialmente este libro es que la Psicoterapia Breve pueda alcanzar a estructurar sus propios marcos conceptuales y su propia teoría de la personalidad, de la enfermedad y de la curación, así como construir sus propios instrumentos y sus propias categorías de diagnóstico y evaluación. […] El camino del Dr. Kesselman es en cierta medida de orden inverso: él emprende o ha emprendido la psicoterapia breve después de cursar su formación como psicoanalista en el Instituto de Psicoanálisis y después de años y experiencia en el psicoanálisis. Me pregunto si la vía seguida por el Dr. Kesselman puede ser sistematizada como la vía de formación de los psicoterapeutas que trabajen con técnicas breves […] ya que se pueden tentar con plasticidad y rigor científico distintos caminos una vez que se tiene uno ya formado y sólido. No sé quién ha dicho, refiriéndose a la psicoterapia, ha dicho en cierta oportunidad que para conducir un coche a alta velocidad es necesario haber adquirido un dominio muy grande a baja velocidad. […] El Dr. Kesselman y su libro pueden ser representantes de un nuevo contingente de psicoanalistas que se sienten tentados de abarcar esos caminos en la forma y con la preparación con que él lo hace. Los caminos alternativos y relaciones entre Psicoanálisis, psicoanalistas y terapias breves en nuestro país, resultan aún mucho más complejos de los hasta aquí señalado, ya que en buena parte de las técnicas breves que se han difundido y en cierta proporción consolidado en la práctica y en la teoría han sido impulsadas en nuestro país por psicoanalistas o por […]el psicoanálisis. Así, nos enorgullecemos de la psicoterapia grupal y del psicodrama, de la psicoterapia familiar y las entrevistas operativas y así sucesivamente. Pero como hecho paradójico […] gran parte de los psicoanalistas que hemos intervenido en ellos hemos declinado o renunciado a proseguir en esos campos que hemos promovido […] Al respecto, el Dr. Kesselman ubica a mi entender muy bien el problema cuando señala que la responsabilidad social en el futuro de la psicoterapia breve no debe hacerse recaer sobre el psicoanálisis en sí sino sobre el uso del que seamos capaces de hacer sobre el psicoanálisis. […] El Dr. Kesselman reúne las condiciones para tentar estos nuevos caminos: sólida formación psiquiátrica y psicoanalítica, conocimientos psicológicos y psicosociales, una fuerte sensibilidad frente a los problemas sociales y un gran celo de la responsabilidad profesional e intelectual…” (1969)
Prólogo al libro “La Psicoterapia Breve”, por Hernán Kesselman
(Editorial Kargieman, primera edición, Abril de 1970, segunda edición, octubre de 1972)